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Sobre mí

Azucena, así fue como elegí llamar a mi cáncer, me despertó de un largo sueño, el cual necesité experimentar e integrar hasta que llegó el diagnóstico, y a partir de ese momento, con 41 años, supe que mi vida fue, es y será un proceso continuo de transformación y consciencia de lo que creo que soy a lo que realmente Soy.
 

Edward Bach describe la enfermedad así:

La enfermedad, aunque aparentemente sea tan cruel, es en sí misma benéfica y para nuestro bien y, si se interpreta correctamente, nos guiará a nuestras faltas esenciales.

Así elegí vivir mi experiencia con el cáncer, dos días después del diagnóstico me senté y me dije: “Eloísa, si tú tienes la capacidad de enfermarte tienes la capacidad de curarte”, así sin saber de dónde venía esta información creé mi propio mantra YO ME ENFERMO YO ME CURO.
 

Y terminado los tratamientos médicos decidí compartirlo con otras mujeres, cree un programa con cuatro puntos básicos que les facilitaría los primeros pasos para poder ver lo que Bach dijo y yo experimenté. Pero al mismo tiempo que inicié este movimiento, mi relación de pareja se desmoronaba y nos separamos. Esto también fue otro gran movimiento, que me llevó a retirarme y dejar todo lo que había creado.

Y estuve largo tiempo viendo cómo se iban cayendo lo que en ese momento creía mis pilares de vida, y también pude ver que lo que a mí se me caía también se caía en mi linaje femenino ancestral.

Ante tanto movimiento decidí parar y pedí que apareciera en mi camino lo que tuviera que aparecer, y es en la quietud donde permites que lleguen los regalos de la vida, y este regalo fue encontrarme con Luis Jiménez y su método de terapia floral.

Y, no solo me fascinó el método, sino que dio respuestas a muchas de las experiencias que viví durante la enfermedad, y además me confirmó lo que yo viví en esa experiencia, que la enfermedad me dio el impulso para transformar todo lo que no me pertenecía.

Y lo que comenzó como un proceso de autoayuda se convirtió en la forma de ponerme al servicio para acompañar a las personas que, como yo, se encuentren en los procesos en los que me he encontrado y me sigo encontrando, para seguir evolucionando.
Esta vez no me he enfocado en mujeres con cáncer, he creado un movimiento  (hijas e hijos del cambio) porque siento que el llamado está en los dos géneros, y si se trabaja en el mismo grupo el resultado será mucho mayor, puedes obtener más información en la pestaña con ese nombre.

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